La tecnología móvil e IoT desempeñan un papel cada vez más importante en las operaciones diarias de fabricación, lo que incluye ayudar a las organizaciones a optimizar la producción, monitorear los equipos y la productividad, reducir el desperdicio y rastrear los activos. Sin embargo, la tecnología móvil y los dispositivos conectados también representan un desafío importante para los fabricantes, ya que las malas prácticas de seguridad pueden amenazar la reputación, la rentabilidad, las relaciones con los clientes e incluso la seguridad de los empleados. A medida que los fabricantes continúan adoptando la tecnología móvil y de IoT, es más importante que nunca que tomen las medidas necesarias para reforzar sus medidas de seguridad y protegerse de las violaciones de datos.
Según el Índice de seguridad móvil 2020 de Verizon, el 94% de las empresas de fabricación, construcción y transporte admitieron que sus organizaciones deben tomarse la seguridad móvil más en serio, pero ¿por dónde deberían empezar?
Vulnerabilidades en la seguridad móvil de los fabricantes
Más de dos quintas partes (41%) de las empresas de fabricación admitieron haber sufrido un compromiso relacionado con un dispositivo móvil en el último año, casi el doble que el año anterior. Además, el 67% de las empresas que sufrieron un compromiso de seguridad móvil dijeron que el impacto fue importante. Una violación de la seguridad puede interrumpir la producción, lo que afecta la capacidad del fabricante para cumplir con los pedidos de los clientes y puede causar pérdidas financieras significativas. En entornos peligrosos de alto riesgo, una infracción que interrumpa los sistemas críticos también puede poner a los empleados en peligro físico. Las infracciones también pueden afectar la ventaja competitiva de un fabricante: al 87% de los fabricantes les preocupaba que los competidores robaran sus secretos comerciales o propiedad intelectual.
A pesar de las serias repercusiones potenciales, el 50% de los fabricantes dijeron que habían sacrificado la seguridad móvil para «hacer el trabajo» y muchos fabricantes no tomaron las precauciones básicas de seguridad. Menos de la mitad (45%) dijo que cambia todas las contraseñas predeterminadas o proporcionadas por el proveedor y solo el 47% dijo que encripta los datos confidenciales cuando los envía a través de redes públicas. Más de las tres cuartas partes (77%) de los encuestados dijeron que usaban personalmente Wi-Fi público para tareas laborales, a pesar de que estaba prohibido por la política de la empresa para el 42% de ellos. Los fabricantes que dijeron que habían sacrificado la seguridad móvil tenían 1,9 veces más probabilidades de haber sufrido una violación.
A pesar de la creciente dependencia de la nube, los fabricantes no toman precauciones para proteger los datos comerciales y de los clientes. Menos de la mitad (47%) dijo que restringe el uso de aplicaciones en la nube sin una calificación de seguridad probada y solo el 40% dijo que restringe la funcionalidad de las aplicaciones en la nube cuando se accede desde redes o ubicaciones desconocidas.