Desde que regresó de su exilio en Argentina hace diez días, el expresidente Evo Morales ha retomado el liderazgo de su partido y del mayor sindicato de cocaleros de Bolivia, que dirigió durante más de dos décadas.
“Una vez que ha retornado nuestro presidente (Morales), retoma la dirección del partido (Movimiento al Socialismo MAS) y la presidencia de las federaciones del Chapare (cocaleros)”, dijo Gerardo García, quien ejerció la presidencia de ese partido en ausencia de Morales.
Después de cruzar el país en una caravana que lo trajo desde Argentina, Morales se asentó en su feudo del Chapare -en el centro del país- donde dirigió al mayor sindicato de cultivadores de coca y desde el cual saltó a la política para convertirse en el primer presidente indígena en 2006 tras el derrumbe de los partidos tradicionales.
De inmediato retomó sus actividades políticas y sindicales en el Chapare, donde es querido y se mueve rodeado de una guardia sindical que lo protege. Su base de operaciones es la población de Lauka Ñ, cuna del sindicalismo cocalero.
Aún como jefe de Estado, Morales siguió como presidente honorario de los cocaleros hasta 2018. Fue sustituido por Andrónico Rodríguez, un politólogo de 32 años de origen quechua quien ahora es presidente del Senado.
Evo Morales regresa a Bolivia tras un año de exilio
Evo Morales volvió a Bolivia a poco de cumplirse un año de su abrupta salida del país denunciando que era forzado por un golpe de Estado.
El expresidente desata sentimientos encontrados por lo que sus desplazamientos son cuidadosos y planificados. Desde su retorno se ha mostrado más conciliador, ha evitado a la prensa y sólo aparece en reuniones políticas.
Morales representó una ruptura en la historia de Bolivia que durante gran parte del siglo XX tuvo militares en el poder, y gobiernos que una y otra vez fueron derrocados mediante golpes de Estado.