Las organizaciones de trabajadores destacaron que el cambio, confirmado el 12 de septiembre, representa un reconocimiento a la naturaleza esencial y demandante de esta labor. El sindicato de servicios penitenciarios argumentó que la apertura a trabajadores extranjeros era urgente ante los altos niveles de rotación y los crecientes incidentes de violencia en las cárceles.
Sindicatos celebran, pero advierten sobre condiciones
La inclusión de oficiales penitenciarios en la visa de trabajo cualificado no resuelve por sí sola los problemas de fondo. Dirigentes sindicales subrayaron que, si bien la medida facilita la contratación internacional, es indispensable mejorar los salarios, la capacitación y las condiciones de trabajo para retener al personal. De igual manera, recordaron que la presión diaria y las largas jornadas han provocado que numerosos oficiales abandonen sus puestos en los últimos años.
En consecuencia, la contratación externa se percibe como un alivio parcial, pero no sustituye los cambios estructurales que reclaman los trabajadores. Por otro lado, la medida refleja un giro en la política migratoria británica, que en meses recientes había endurecido criterios para varias profesiones, generando debate en el Parlamento y en la opinión pública.
El Ministerio del Interior señaló que este ajuste responde a una necesidad urgente y que el sistema penitenciario recibirá apoyo adicional en reclutamiento y formación. Actualmente, Inglaterra y Gales registran más de 1,600 vacantes para oficiales penitenciarios, una cifra equivalente a cerca del 10 % de la plantilla total.
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