La transformación del sector automotriz en Europa vive un nuevo capítulo complejo con el anuncio de Bosch sobre el recorte de 13 mil empleos en su división de motores. La medida impactará principalmente a plantas en Alemania y otros países de la región, donde la empresa busca ajustar su producción ante la disminución sostenida de la demanda de componentes tradicionales.
La compañía alemana enfrenta la transición hacia la electromovilidad con una caída progresiva en pedidos de piezas para motores de combustión. Este ajuste responde a una estrategia para asegurar competitividad en un mercado cada vez más dominado por el vehículo eléctrico. Además, refleja la presión que viven los proveedores europeos ante la rápida reconversión industrial.
Empleos Bosch y el impacto social
Los recortes anunciados generarán incertidumbre en miles de familias, especialmente en territorios donde Bosch es uno de los principales empleadores. Del mismo modo, el sector sindical europeo ha expresado preocupación por las consecuencias laborales y sociales de esta decisión, advirtiendo sobre la necesidad de planes de apoyo y recolocación.
El cambio hacia nuevas tecnologías abre oportunidades, pero también exige procesos de transición que contemplen la protección del trabajador. En consecuencia, las organizaciones laborales llaman a garantizar formación y alternativas de empleo en la cadena de valor de la movilidad eléctrica.
Por otro lado, la reducción de puestos refleja una tendencia más amplia: la consultora PwC estimó que la producción de motores de combustión en Europa se reducirá en un 50 por ciento hacia 2030. Esta previsión evidencia que la situación de Bosch no es un caso aislado, sino parte de un fenómeno estructural.
Mira también: Suiza ofrece empleo a hispanohablantes con sueldo medio anual de 70000 euros