Controles de seguridad infantil en entornos privados del Reino Unido
Controles de seguridad para adultos que trabajan con menores

Controles de seguridad para adultos que trabajan con menores

La protección de niñas y niños vuelve al centro del debate público en Reino Unido. El gobierno anunció un cambio relevante en los mecanismos de verificación de antecedentes para adultos que trabajen con menores en entornos no regulados, como el ámbito familiar o privado. La medida busca reducir riesgos y fortalecer la prevención frente a abusos, respondiendo a una demanda sostenida de organizaciones sociales y víctimas.

El anuncio confirma que los empleadores particulares podrán solicitar revisiones de antecedentes más amplias cuando contraten cuidadores, tutores privados, terapeutas o personal de apoyo que tenga contacto directo con menores. Hasta ahora, estos controles solo aplicaban de forma obligatoria en escuelas, hospitales u organizaciones registradas.

Este ajuste normativo responde a recomendaciones derivadas de investigaciones oficiales sobre abuso sexual infantil, que señalaron vacíos legales en la protección de menores fuera de instituciones formales. El objetivo es cerrar esas brechas sin trasladar la carga únicamente a las familias.

Controles de seguridad infantil en el ámbito privado

La nueva modalidad permitirá acceder a verificaciones reforzadas del Disclosure and Barring Service. Estos controles incluyen antecedentes penales, información relevante de cuerpos policiales y la consulta de listas de exclusión para trabajos con menores o personas vulnerables. De esta forma, los empleadores particulares tendrán mayor información antes de permitir el acceso de un adulto a un entorno doméstico.

Además, la autoridad reconoció que estos mecanismos no sustituyen otras medidas de protección, pero sí ofrecen una herramienta preventiva concreta. Del mismo modo, se aclaró que la aplicación será voluntaria para familias, respetando la privacidad y el equilibrio legal.

El ajuste llega en un contexto sensible. Las cifras oficiales más recientes muestran que las condenas por delitos sexuales contra menores se mantienen en niveles elevados en Inglaterra y Gales. Este dato refuerza la necesidad de ampliar controles más allá del ámbito institucional, extendiendo la lógica de protección a los espacios privados donde también existe riesgo.

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