En México, los derechos laborales no solo se ganan en la jornada, también se defienden en los plazos. Uno de los beneficios que puede perderse si no se reclama a tiempo es el fondo de ahorro, un instrumento económico que representa una parte del esfuerzo sostenido de los trabajadores. Pese a su importancia, este derecho tiene una fecha límite.
El fondo de ahorro no tiene un tratamiento especial en cuanto a su prescripción. De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo y su interpretación reciente por autoridades judiciales, la reclamación de este beneficio prescribe en un año, contado a partir del momento en que debió entregarse. Es decir, si un trabajador es separado de su empleo y no recibe ese fondo, solo dispone de 12 meses para exigirlo por la vía legal.
Plazo legal del fondo de ahorro: precisión clave para trabajadores
Este criterio se refuerza con la jurisprudencia laboral que equipara el fondo de ahorro a prestaciones económicas ordinarias, como aguinaldo o utilidades. Por ello, no se reconoce una prescripción de dos años ni se le considera un beneficio de largo plazo. La naturaleza anual del fondo hace que su exigibilidad también lo sea.
Obligaciones patronales y acción sindical oportuna
Para las organizaciones sindicales, esta precisión resulta esencial. Representar los intereses de los trabajadores implica conocer con claridad los límites jurídicos para exigir prestaciones legítimas. En consecuencia, cualquier omisión o dilación puede significar la pérdida del derecho.
Los empleadores están obligados a entregar el fondo de ahorro conforme a los plazos establecidos en los contratos individuales o colectivos. Sin embargo, si el patrón incumple, el trabajador debe actuar con celeridad.
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