El entorno laboral del sector automotriz en México enfrenta un incremento sostenido de estrés y ansiedad entre sus trabajadores, una señal de alerta que impacta productividad, bienestar y permanencia dentro de las plantas. El estudio más reciente de Kelly México sobre tendencias laborales en 2025 muestra que una parte significativa de las plantillas opera bajo jornadas extensas, un factor que eleva el desgaste emocional.
Los datos revelan que cuatro de cada diez empleados trabajan 48 horas a la semana y tres de cada diez superan esa carga. Este ritmo exigente, sumado a incrementos en la demanda de producción, genera síntomas como agotamiento, irritabilidad y dificultades para desconectar al terminar la jornada. Del mismo modo, afecta indicadores estratégicos para la operación, entre ellos la rotación y el ausentismo.
El panorama también obliga a replantear estrategias internas. Las empresas del sector buscan ajustar modelos de turnos, habilitar espacios de atención psicológica y fortalecer políticas de equilibrio vida-trabajo. Además, el estudio señala que los trabajadores que superan las 48 horas semanales presentan mayor riesgo de estrés crónico y piden mecanismos de apoyo más visibles dentro de sus plantas.
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La problemática adquiere mayor complejidad en un contexto donde la automatización, la presión por mantener niveles de calidad y los ajustes en la cadena de suministro modifican la carga operativa. En consecuencia, la industria automotriz mexicana enfrenta la necesidad de combinar eficiencia productiva con prácticas laborales que reduzcan riesgos psicosociales.
Como dato relevante, Kelly México reportó que el factor más recurrente vinculado al aumento del estrés fue la extensión de las jornadas, por encima de cualquier otra variable analizada.
