La jornada laboral de los docentes en Japón se extiende en promedio 11,17 horas diarias, cifra que rebasa las ocho horas establecidas por ley según el Ministerio de Educación. Este exceso refleja la insuficiencia de los límites legales para garantizar el derecho a un trabajo digno y descansos efectivos en el sector educativo.
Más del 80 % de los maestros declara superar las diez horas de actividad diaria y uno de cada cuatro rebasa las doce. Estas cifras confirman que el sobretiempo no es un fenómeno aislado sino una práctica instaurada que compromete tanto el bienestar físico como la estabilidad emocional de los profesionales.
Pausas casi inexistentes
El 65,6 % reconoce no disfrutar de pausas significativas, y al sumar interrupciones menores a 15 minutos, la proporción asciende a 85 %. Solo el 1,5 % de los encuestados cumple con el descanso mínimo legal de 45 minutos.
Este déficit de reposo ha derivado en afectaciones médicas documentadas, como infecciones urinarias vinculadas a la imposibilidad de ir al baño durante la jornada.
Más de la mitad lleva tareas al hogar al menos tres veces por semana debido a la imposibilidad de concluirlas en el aula. Cerca del 90 % trabaja en días libres, con una media de tres a cuatro jornadas adicionales cada mes en fines de semana o festivos.
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Persistencia del compromiso docente
A pesar de estas condiciones, cerca del 70 % afirma continuar motivado por el aprendizaje de sus alumnos. No obstante, el dato más contundente es que un 64,1 % de los maestros considera abandonar la profesión debido a la carga excesiva y la falta de equilibrio entre vida laboral y personal.