Un cambio significativo emerge en la composición de quienes simultáneamente trabajan y asumen tareas de cuidado en Estados Unidos. Por primera vez, los hombres superan a las mujeres en ese doble rol, un giro que no refleja una mejora en igualdad sino el retiro acelerado de trabajadoras del mercado laboral. El fenómeno expone presiones económicas y familiares que recaen de forma desigual.
El más reciente análisis indica que el 57 % de las personas que compatibilizan empleo remunerado y cuidado de dependientes son hombres. Dos años antes, esa proporción correspondía mayoritariamente a mujeres. Esta variación abrupta coincide con el incremento de costos de cuidado y con políticas de retorno a oficinas que reducen la flexibilidad laboral que muchas mujeres habían logrado mantener.
Empleo y cuidados en tensión
Las cuidadoras suelen asumir mayor carga doméstica y familiar, lo que condiciona su permanencia en empleos formales. Además, la falta de apoyos suficientes agrava el riesgo de abandonar el mercado laboral cuando las responsabilidades de cuidado aumentan. De igual manera, la presión económica en los hogares obliga a tomar decisiones que priorizan estabilidad financiera inmediata sobre continuidad profesional.
Por otro lado, el desplazamiento femenino evidencia una estructura laboral que aún no integra plenamente el cuidado como un componente esencial del bienestar social. Mientras crece el número de hombres que equilibran trabajo y cuidados, se mantiene un ecosistema que empuja a las mujeres a asumir el cuidado como responsabilidad casi exclusiva.
Un dato reciente confirma la magnitud del problema: la salida femenina del mercado laboral continúa en aumento y se vuelve más notable en hogares con altos costos de cuidado y menor acceso a apoyos comunitarios o institucionales.
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