En Estados Unidos, la tensión laboral entre Boeing y sus trabajadores sindicalizados alcanzó un nuevo punto crítico. Este lunes, miembros del sindicato de la planta de GKN Aerospace en Missouri, operada por Boeing, rechazaron por mayoría una nueva propuesta de contrato presentada por la empresa. La votación ocurre tras 80 días de huelga continua y refleja un descontento persistente frente a las condiciones laborales ofrecidas.
La propuesta incluía un aumento salarial del 3% anual durante los próximos tres años, sumado a un bono único de 2.000 dólares. Sin embargo, los trabajadores, representados por la International Association of Machinists and Aerospace Workers (IAM), consideraron insuficiente la oferta, argumentando que no compensa la pérdida de poder adquisitivo acumulada ni resuelve el problema central: la subcontratación creciente y la incertidumbre sobre la estabilidad del empleo.
Preocupación por el futuro de los trabajadores de Boeing
Además, el sindicato expresó preocupación por los planes de Boeing de cerrar gradualmente las operaciones en la planta, decisión que impactaría a más de 400 empleados. La empresa aún no ha retirado esta medida de su agenda, lo cual alimenta el escepticismo sindical sobre el compromiso real de la compañía con sus trabajadores a largo plazo.
Por otro lado, los huelguistas han mantenido una postura unificada y han recibido apoyo de gremios nacionales, que advierten sobre los riesgos de que grandes corporaciones normalicen condiciones laborales inestables en sectores estratégicos como el aeroespacial. La huelga ha afectado la cadena de suministros de Boeing, especialmente en la producción de componentes para aviones militares como el F-15 y el F-18.
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