La tensión laboral en México volvió a escalar tras la huelga iniciada el 1 de octubre por el Sindicato del Nacional Monte de Piedad, una de las instituciones con mayor historia en el país. El movimiento surgió luego de que la empresa incumpliera acuerdos establecidos en marzo pasado, cuando se levantó una suspensión de actividades que había iniciado el 14 de febrero de 2024.
De acuerdo con Inti Rodríguez, secretario general de la Sección 9 del sindicato, que abarca las sucursales de Torreón y Gómez Palacio, la administración no respetó el sistema de escalafón que permite el ascenso de trabajadores con base en su antigüedad y méritos. Además, señaló que el fondo del conflicto radica en un intento por desaparecer el contrato colectivo de trabajo.
Dirigentes sindicales acusan despidos y la creación de un gremio alterno
Rodríguez denunció el despido de personal y la falta de aumentos salariales durante los últimos tres años. A ello se suma, según dijo, la intención del Monte de Piedad de promover un sindicato nuevo favorable a la dirección. “Buscan arrastrar más gente a su gremio y desestabilizar al sindicato actual”, afirmó.
El sindicato sostiene que la estrategia de la administración busca debilitar la representación legítima de los trabajadores y concentrar el poder en un grupo interno cercano a la dirección general. En consecuencia, las secciones sindicales del país se mantienen en estado de alerta ante posibles represalias.
La disputa por el control sindical ocurre mientras la institución atraviesa un proceso de reestructuración interna y enfrenta cuestionamientos por el manejo de sus recursos. La falta de diálogo y los intentos de fragmentar la organización gremial han encendido las alarmas en el sector laboral.