Los sindicatos de Bolivia volvieron a ocupar las calles de La Paz para expresar su rechazo al retiro de la subvención a los combustibles, una medida que consideran lesiva para el ingreso y el costo de vida de la clase trabajadora. La movilización se desarrolló por tercer día consecutivo y reflejó el aumento de la tensión social en el país andino.
Mineros, fabriles y maestros afiliados a la Central Obrera Boliviana recorrieron el centro histórico con la intención de llegar a la plaza Murillo, donde se concentran los poderes del Estado. Asimismo, la Policía instaló vallas para impedir el acceso al área, aunque esta vez no se registraron enfrentamientos directos.
Durante la jornada, los manifestantes detonaron petardos y dinamita como forma de protesta simbólica. Sin embargo, los dirigentes insistieron en mantener un carácter pacífico y evitar choques con las fuerzas de seguridad, a quienes identificaron como parte del mismo sector social afectado por las decisiones económicas.
Sindicatos de Bolivia advierten impacto social del retiro del subsidio
El secretario ejecutivo de la COB, Mario Argollo, afirmó que el retiro de la subvención tendrá efectos transversales sobre toda la población trabajadora. Además, sostuvo que incluso quienes hoy reciben bonos sociales resentirán el aumento en transporte y productos básicos.
Por su parte, Miriam Huarina, dirigente de las amas de casa mineras, señaló que el encarecimiento de la canasta familiar neutraliza cualquier apoyo económico anunciado por el Gobierno. También llamó a la población a sumarse a las movilizaciones ante lo que calificó como una pérdida generalizada del poder adquisitivo.
En consecuencia, los sindicatos condicionaron cualquier diálogo con el Ejecutivo a la derogación del decreto, una posibilidad que el Gobierno de Rodrigo Paz descartó públicamente. Por otro lado, algunos transeúntes expresaron su molestia por las marchas, lo que evidenció divisiones sociales frente al conflicto.
La Central Obrera Boliviana mantiene vigente una huelga general indefinida que hasta ahora cumplen principalmente los mineros estatales. Otros sectores, como transportistas y comerciantes, suspendieron protestas tras alcanzar acuerdos parciales. Datos oficiales indican que el gasto en combustibles representa uno de los principales componentes del presupuesto público boliviano, lo que explica la magnitud del debate actual.
