En Estados Unidos, la crisis presupuestaria se ha transformado en una nueva amenaza directa al sustento de miles de trabajadores federales. El gobierno de Donald Trump advirtió recientemente que no está obligado a pagar salarios caídos a quienes se vean forzados a suspender sus labores debido al cierre parcial del gobierno federal.
La declaración provino del director de presupuesto de la Casa Blanca, quien notificó al Congreso que el presidente vetará cualquier ley que garantice retroactivamente el pago de sueldos a empleados federales inactivos. Esto incluye a más de 800,000 trabajadores, muchos de los cuales ya enfrentan dificultades para cubrir necesidades básicas.
Salarios trabajadores en riesgo ante postura del Ejecutivo
Además del impacto económico, la amenaza de retener salarios intensifica el desgaste emocional en los hogares de quienes sostienen servicios esenciales en el país. Agencias clave como la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) y el Servicio Nacional de Parques han tenido que operar con personal reducido o completamente paralizado. Aun así, miles de empleados han sido obligados a trabajar sin recibir su pago.
El Sindicato Estadounidense de Empleados del Gobierno (AFGE) condenó la postura del Ejecutivo, advirtiendo que se trata de un ataque directo a los derechos laborales y a la dignidad de los trabajadores públicos.
Cierre federal impulsado por disputa presupuestaria
El desacuerdo central que motivó este cierre gira en torno a los fondos para la construcción del muro fronterizo con México, exigidos por el presidente. A pesar de los intentos por negociar con el Congreso, no se ha alcanzado un consenso que reactive el financiamiento gubernamental.
En 2023, más de 60% de los trabajadores federales declararon haber recurrido a préstamos o tarjetas de crédito durante los cierres anteriores, una muestra clara del impacto estructural que estas decisiones provocan.