El Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social de China informó que más de 1.07 mil millones de personas están inscritas en el seguro básico de vejez. La cifra equivale a más de tres cuartas partes de la población, lo que posiciona al país como el sistema de protección social más grande del mundo en volumen de afiliados. Este crecimiento refleja el esfuerzo de integrar a trabajadores urbanos, rurales y por cuenta propia en un mismo esquema de seguridad.
La expansión de la cobertura ocurre en un escenario marcado por el envejecimiento poblacional. China cuenta con más de 280 millones de ciudadanos mayores de 60 años, número que continuará aumentando en la próxima década.
Con una base laboral más reducida en proporción, la presión sobre los fondos de pensiones se intensifica y obliga a explorar ajustes estructurales. Las aportaciones de empleados y empleadores, sumadas al respaldo fiscal, ya no resultan suficientes para cubrir de manera holgada los compromisos futuros.
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Reformas y digitalización para ganar eficiencia
El gobierno ha introducido reformas que buscan mejorar la gestión financiera y, al mismo tiempo, fomentar mecanismos privados complementarios que alivien la carga estatal.
Entre las medidas más destacadas se encuentra la incorporación progresiva de trabajadores del campo y migrantes internos, quienes históricamente quedaban excluidos de la red de seguridad. Además, la digitalización de procesos de registro y pago se ha convertido en un eje estratégico para reducir costos y garantizar mayor transparencia.
Relevancia internacional del modelo chino
El volumen de afiliados coloca a China en el centro del debate global sobre sostenibilidad de las pensiones. Con más de 530 millones de personas actualmente activas en el mercado laboral, el desafío inmediato consiste en equilibrar los recursos presentes con las crecientes necesidades de retiro de la población futura.