Un clima de incertidumbre se instaló en la planta Michelin Querétaro tras la abrupta decisión de prescindir del 60 por ciento de su plantilla laboral. La noticia, confirmada el 16 de octubre, impacta no solo a las familias de más de 600 trabajadores mexicanos afectados, sino también al entorno sindical y productivo del país.
Fuerte impacto en trabajadores y comunidades
La empresa francesa argumentó que los despidos obedecen a una «reestructuración» derivada de ajustes en la producción. Sin embargo, la medida se anunció de manera sorpresiva, sin previo aviso a los empleados ni diálogo previo con sindicatos. Este tipo de decisiones, adoptadas de forma unilateral, vulneran la estabilidad laboral y el tejido social de regiones como Querétaro, donde la industria automotriz representa un pilar económico.
Además, los trabajadores despedidos fueron citados a lo largo del fin de semana bajo el pretexto de reuniones informativas. Al llegar, fueron notificados de la finalización de su contrato y escoltados fuera de la planta, sin derecho a ingresar a sus áreas de trabajo. La forma del despido provocó desconcierto y tensión entre los empleados que aún conservan su puesto.
Silencio sindical y exigencia de transparencia
Hasta ahora, no se ha emitido un pronunciamiento oficial por parte del sindicato que representa a los trabajadores de Michelin. La falta de una postura clara por parte de la representación sindical ha generado dudas sobre los canales de comunicación y defensa laboral disponibles en este caso. Del mismo modo, la Secretaría del Trabajo de Querétaro no ha informado sobre acciones concretas frente a esta reestructuración.
Por otro lado, la empresa ha prometido cubrir conforme a la ley las indemnizaciones correspondientes. Sin embargo, fuentes cercanas al caso aseguran que varios trabajadores recibieron montos menores a los estipulados, lo que podría derivar en procesos legales en las próximas semanas.
La planta Michelin Querétaro inició operaciones en 2017, con una inversión superior a los 500 millones de dólares. Desde entonces, se convirtió en uno de los principales centros de producción de llantas en México.